La histerectomía y su futuro papel en la salud uterina

Cirujano mirando a través de una cámara en un quirófano

De acuerdo con la bibliografía médica, la histerectomía se remonta a la época de Hipócrates,1 pero tal vez ha llegado el momento de reevaluar su papel en el tratamiento de las enfermedades uterinas en la época moderna.

Puesto que se trata de uno de los procedimientos ginecológicos más frecuentes, es muy importante evaluar y considerar todos los factores de riesgo, incluidos los resultados quirúrgicos, el coste hospitalario directo y su repercusión general en la calidad de vida.

Sin duda, una de las principales repercusiones de la histerectomía es que se trata de un procedimiento quirúrgico mayor con un perfil de riesgo elevado. En los casos en los que es necesario extirpar los ovarios, se desencadena la aparición de la menopausia, a menudo de forma prematura.  Para muchas mujeres, la extirpación del útero también puede menoscabar la percepción de su feminidad y afectar negativamente a la conciencia de sí mismas.  Esto significa que es fundamental mirar más allá de la histerectomía y ofrecer a las mujeres procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos que permitan conservar el útero.

En algunas mujeres, la histerectomía se convierte en la opción preferente después de pasar por un largo e infructuoso proceso de tratamiento de un trastorno uterino, como la menorragia (o sangrado menstrual abundante). Su elección debe respetarse, pero es fundamental garantizar que se les ofrezcan y se les expliquen claramente todas las opciones terapéuticas, de forma que se sientan empoderadas a la hora de decidir.  

Dado que hay disponibles múltiples opciones de tratamiento, debemos esforzarnos de forma consciente en no recurrir por defecto a la histerectomía. En años recientes, se han producido enormes avances en innovación quirúrgica en este campo. Es nuestra obligación garantizar que las mujeres puedan beneficiarse de ellos.  

    1. Stewart EA, Shuster LT, Rocca WA. Reassessing Hysterectomy. Minn Med. Marzo de 2012; 95(3): 36–39.